
Nos llega un poco tarde para aquellos que las padecimos en la escuela, pero bueno, por aquello de mal vale tarde...
Hola amigos lectores, debería empezar con las acostumbradas disculpas por haberos tenido abandonados tanto tiempo, pero también tenéis parte de culpa porque como nadie se suscribe al blog, pues yo me creo que no hay nadie ahí del otro lado. No obstante, disculpas ^|^

Aquí siguen, después de 51 siglos, estos silenciosos ancestros mesoamericanos que desayunaban corazones sangrantes y latientes según el bueno de Mel Gibson, que después de demostrar en 'Brave Heart' no tener ni idea de cómo eran las torturas practicadas por las autoridades, (es decir, el clero) a lo largo de toda la edad media en la pálida y no tan vieja Europa, parece que quisiera resarcirse del error con 'Apocalypto', donde no tuvo el menor reparo en hacer aparecer como vulgares psicópatas asesinos que se rebozaban en el barro como cerdos, a la noble civilización maya, que fue la cuna de la cultura en el contienete americano, y no las ordas europeas como nos han querido hacer creer.

Acabo de cumplir 41 castañas, y como ya voy siendo yo también un poco fósil me he permitido esta vez presentaros otro tipo de arqueología perdida, una arqueología que no rebusca por los sedimentos de la tierra como viene siendo lo habitual, sino una arqueología por la conciencia colectiva, por el conocimiento ancestral, que rascando un poco, sale por todas partes a poco observador que se sea.

Un tequila por los mayas, y que pese a quien le pese.
Aquí os dejo un vídeo que explica mejor que las palabras, la esencia del principio Tzeltal. disfrutadlo:
Bueno, tampoco importa mucho. Lo importante es que somos lo máximo de la civilización, la criatura perfecta de la creación, la cultura más elecvada de todos los tiempos ¿no es cierto?
